Podría decirse que en este año he
sentido más sentimientos de los que he sentido en toda mi vida, he sufrido,
querido, reído, llorado, triunfado, fracasado, caído… Pero siempre he intentado
sonreír, ha sido un año que me ha ayudado a crecer, madurar como persona y saber
confiar, he aprendido el sentido de esta vida: ser feliz. Cada uno de los meses,
yendo desde enero a diciembre, han sido diferentes, puedes pensar que tu vida va
a cambiar, pero no tanto como lo llega a hacer. Las nuevas experiencias que
vives a cada paso que das, las cosas que te han escondido, pero al fin y al cabo
han salido siempre a la luz, las veces que has tenido que decir adiós y hola, lo
que has querido y odiado, todo lo que has vivido, las fiestas a las que fuiste y
lo mucho que disfrutaste, las tardes en casa sin salir, simplemente distanciada
del mundo, discusiones, que al final llegaron a merecer la pena para saber la
gente que está a tu lado, de las locuras, de los secretos, y de las cosas
preciosas, el año ha pasado y has dejado atrás un mundo, bonito y malo, un año
que no se olvidará, y lo único que pido es que este 2013, sea todavía más
cargado de vida y de ilusiones, no pido que sea perfecto, quiero que sea único,
único cada día.